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Por Judith Sánchez y Francisco Leal
Como ya dijimos en el artículo de los artistas imprescindibles, el Festival Internacional de Benicàssim cumple 23 ediciones este año. En un periodo en el que recupera paulatinamente a sus fans con carteles arriesgados y explora géneros más allá del rock e indie británicos, el FIB ha tenido que evolucionar y adaptarse a los nuevos tiempos pero sin olvidar el camino hecho. Una muestra de ello es The Weeknd que fue el cabeza de cartel de la jornada inaugural y, junto al canadiense, dos viejos escuderos ingleses en el cartel: Ride y The Jesus and Mary Chain.
Durante los primeros conciertos del jueves mucho público todavía está llegando o montando las tiendas de campaña. Sunflower Bean abrieron el festival y eso no perjudicó a los norteamericanos, ni por asomo. El trío liderados por Julia Cumming -cuyo parecido con Grimes es total-, dieron un gran concierto en lo musical. La propia frontwoman era un espejo de lo bien que lo pasaron en directo. Una pena que en los primeros compases sonasen desafinados pero, a grandes rasgos, fue un gran concierto apertura del festival. Pronto comenzaron los fatídicos solapes, las primeras víctimas fueron Belako y Twin Peaks. Mientras los vascos hacen lo que mejor se les da, tocar a todo volumen; los de Chicago ofrecieron un concierto garagero al 100%.
Parece que Ride viven en un eterno retorno en el que no acaban de hacer una gira mundial en condiciones. Los ingleses acaban de publicar Weather Diaries, su nuevo álbum más de 20 años después. Habrá pasado el tiempo pero el cuarteto recordaba perfectamente su paso por el FIB allá por 1995 cuando compartieron cartel con otros conocidos como Los Planetas y The Jesus and Mary Chain. Su actuación evocó a los 90 donde el género shoegaze triunfó en círculos underground. Comenzaron con los dos primeros temas de su último disco: ‘Lannoy Point’ y ‘Charm Assault’, siendo esta última la que encendió a las masas. Los clásicos ‘Vapour Tail’ y ‘Drive Blind’ cerraron un concierto destinado para ese fan del FIB que es un superviviente entre tanta nueva propuesta. Stormzy es el ejemplo perfecto de la nueva línea musical por la que ha apostado la organización del festival. El inglés es uno de los abanderados del grime británico y lo demostró en el festival donde hay más ingleses de toda la península. Gozó de los mejores visuales del día y sonó a la perfección.
Sorprendentemente puntual, Abel Makkonen Tesfaye, más conocido como The Weeknd llegaba al escenario Las Palmas para un show que duró lo justo, empleó lo justo y aún así tuvo el efecto deseado. Sin impresiones previas no se sabía por qué derroteros iría The Weeknd, si iba a ser uno de esos artistas de r&b que ya salen desganados, adornan un back-track recargado y lo sobrecompensan por medios extra musicales. El canadiense opta por otra ruta distinta: acompañado de su banda y con unos visuales más bien escasos -algo de pirotecnia se vio ya al final de su set-, su concierto se basó en su capacidad vocal y en el valor que por sí solas obtienen las canciones, lo cual sorprende un poco en ese género. The Weeknd dio al público lo que quería: la oportunidad de cantar hit tras hit y no tener que preocuparse por el hecho de que el show no tuviese mucho concepto o aspecto visual.
Tras el canadiense, tocaba otra dosis de nostalgia al estilo FIB. Los hermanos Reid son conocidos por haber formado The Jesus and Mary Chain durante los 80 y más conocidos aquí por haber actuado en 1995, 1996 y 1998. Se les vio más contentos y en sintonía que durante la gira aniversario de Psychocandy hace dos años. Dentro de la enormidad que significa el término ‘indie’, los escoceses invitan a agitar la cabeza con sus temas. El set fue un mix de canciones del su Damage and Joy junto a otros clásicos como ‘Just Like Honey’.