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Por Judith Vives
Ilustración de Blanca Garaluce
Nadie puede discutir que Bastille entraron en la escena musical a lo grande. Su primer LP, Bad Blood, fue aclamado por la crítica y su primer single, ‘Pompeii’ escaló las listas de éxitos a una velocidad vertiginosa, dejando a todo el mundo con las ganas de ver qué más podía hacer este cuarteto británico.
Decididos a no aprovecharse de su éxito y evitando apresurarse con el lanzamiento de un segundo trabajo, hemos tenido que esperar prácticamente tres años para escuchar lo nuevo de Bastille. El 9 de septiembre salía a la venta Wild World, en versión normal y extendida.
Su nuevo trabajo fue el detonante de un debate interno sobre la evolución de los grupos y sobre hasta qué punto es beneficioso cultivar un sonido propio para después quedarse en el espacio cómodo creado. Y es que si tuviese que describir el nuevo trabajo del cuarteto británico con una palabra, sería “cómodo”. Ojo, esto no es sinónimo con un mal trabajo ni con un trabajo hecho a medias, al contrario. Wild World es un buen disco.
La situación es algo irónica, ya que recuerdo conversaciones anteriores al lanzamiento del disco en el que discutía mi preocupación, “espero que sigan siendo Bastille en este nuevo disco”. Este miedo se veía además acrecentado por ‘Good Grief’, el primer single del trabajo. Resulta que es precisamente esa canción la que más difiere del sonido de su primer trabajo, Bad Blood. Y ahora, álbum en mano y tras varias escuchas, no puedo evitar preguntarme cuál hubiese sido el resultado si se hubiesen arriesgado un poco más o si hubiesen coqueteado con otros géneros (lo único destacable en este sentido es que este segundo trabajo tiene más pinceladas electrónicas).
Sí, Wild World definitivamente suena a Bastille. ‘The Currents’, la segunda canción del LP, nos consigue poner en situación y marca el ritmo del resto del álbum, ya que ‘Good Grief’ nos deja un poco confusos al inicio. ‘Glory’ y ‘Warmth’ tienen todo en su mano para convertirse en próximos singles, y se destacan como algunas de las favoritas. Es también destacable ‘Two Evils’, una especie de reflexión en voz alta de Dan Smith, vocalista del grupo, meramente acompañado de una guitarra. La canción demuestra que Bastille pueden dominar las canciones lentas y sin gran producción, y me quedé con las ganas de encontrarme con otra canción de estas mismas características en el resto del LP.
‘Four Walls (The Ballad of Perry Smith)’, marca el punto en el que el disco empieza a desinflarse un poco. Tanto esta canción como ‘Blame’ pasan bastante de largo, aunque no se hayan alejado tampoco del sonido característico del grupo.
En conclusión, es un trabajo bastante cultivado. Ha hecho muy feliz a los fans -a quienes no les quedaban uñas que morderse esperando a nuevo material del grupo británico-. Sin embargo, si a alguien no le había gustado Bad Blood, Wild World no cambiará su opinión, ya que los dos trabajos no difieren mucho en cuanto a estilo se refiere. Si cabe, Bad Blood era aún más impecable, sobre todo por la dimensión literaria y poética que encontrábamos en las letras, además de toparnos con varias temáticas que no solemos atribuirle a un grupo de indie pop. Wild World es un trabajo que los ya acérrimos del grupo disfrutarán de principio a final, pero que no convertirá a los indecisos.
Bastille visitarán España en febrero, con doble fecha: Madrid el 4 de febrero y Barcelona el 5. Caracterizados por tener un directo que no decepciona, podemos esperar una gran actuación y un show cuidado en el que poder darlo todo con canciones como ‘Send Them Off!’ y las joyas de su anterior álbum, como ‘Flaws’.