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Por Alfonso Alfaro
El festival Primavera Club está más que asentado como la fecha musical más importante del otoño barcelonés, sin embargo la principal novedad de esta edición es su retorno a Madrid tras cinco desde su última edición. Este desembarco lo hará como una versión reducida en comparación a su edición en Barcelona pero no estará exenta de sorpresas ya hace unas horas la organización ha confirmado que The Breeders tocarán en la sala Ochoymedio. El resto de locales escogidos para que las bandas emergentes actúen son el Teatro Barceló, El Cielo de Barceló, la Sala Taboo y la Joy Eslava.
Pauli Lovejoy aka PAULi. es el típico artista que ha trabajo con otros músicos pero todavía sigue siendo un desconocido. Ha colaborado con Damon Albarn, FKA Twigs o Jamie xx entre muchos otros, pero el año pasado decidió lanzar su primer EP The Idea of Tomorrow. Su mezcla de electrónica y pop será una de las sensaciones y una propuesta diferente en este Primavera Club.
Criado en Nueva York, de padre colombiano y madre francesa, Gabriel Garzón-Montano plasma todas sus influencias en sus canciones. Las composiciones de cantautor son una fusión de R&B y soul con tintes electrónicos, escuchando su debut Jardín es la mejor de empaparse de la propuesta del músico.
Bilbao se está convirtiendo en un hervidero de bandas emergentes entre las que destaca Vulk. Los vascos se apropian del post-punk británico más oscuro para escribir sus temas, ‘Something Infernal’ o ‘Unique Position’ son buenos ejemplos de su estilo. Pese a su sonido oscuro, eso no significa que en la primera escucha no sean accesibles, si son capaces de plasmarlo en directo será uno de los bolos del festival.
Pura electricidad y puro punk. Así son Flat Worms, un trío de Los Ángeles cuyos miembros han tocado en bandas como Thee Oh Sees, Ty Segall o con Kevin Morby. Su EP Red Hot Sand lanzado hace un año demuestra que aúnan todas la influencias con anteriores bandas para reventar los tímpanos del oyentes. Nunca se sabe cuánto pueden durar estos proyectos, así son 100% imprescindibles.
Naturales de Lieja, Cocaine Piss son toda una oda al punk más clásico. Ritmos frenéticos, guitarras puntiagudas y muchos gritos. Algo deben de tener si Steve Albini les produjo su primer disco, eso sí, que nadie espere temas de diez minutos con virtuosismos. Con probabilidad desde el minuto uno habrá pogos en el concierto y lo tienen todo para salir triunfantes.