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Por Helena Malvido
Ilustración de Blanca Garaluce
Música bailable, risas, canciones que hablan de ligar (o de no hacerlo), de beber y de postureo. Para salir a bailar, para cantar en un festival y para estar en casa. El combo perfecto.
Campeones del mundo va un paso más allá. Novedades Carminha se mantienen en su aura característica, pero he leído que ahora en el coche son más de Devendra Banhart y eso siempre deja huella.
El LP empieza con ‘Que Dios Reparta Fuerte’ una buena introducción de lo que vendrá detrás y canción que la banda presentó como single después de lanzar ‘Lento’. El resto del disco, cuenta con canciones con aires playeros y un desdén romanticón. A cualquier gurú de la música surfera le haces escuchar los primeros quince segundos de ‘Ritmo en la Sangre’ y podría afirmar que es una de Allah-Las.
El disco podría estar dividido en dos partes, como si hubieran pensado en el formato vinilo. La cara A hasta ‘Dame Veneno’, el tema más punk del álbum y que encabeza la lista sus más escuchadas en Spotify (igual algunos fans tienen morriña de la fuerza de anteriores trabajos). Nos encontramos con este primer side, más tranquilo pero con denominadores comunes con los anteriores discos, como los temas de las letras.
“Te invitan a los bares de molar/Me cuentas que no paras de follar/Ahora eres un triste/Ya nada te emociona/Todo lo que te enseño/ya lo viste en Barcelona”, rezan en ‘De Vuelta de Todo’.
Tras este paseo por el nuevo estilo llegamos a lo que sería la Cara B, el aire cálido, la arena blanca, el amor. “Pasear por Valencia, de tu mano/Sentirme italiano/Todo bajo el sol”, suena en ‘Todo Bajo el Sol’. Dan ganas de irse de tour mediterráneo con los colegas solo para escuchar este disco en el coche.
Por último, ‘Campeones del Mundo’, tema que da nombre al disco y que cierra perfectamente este conjunto de diez canciones. Seguramente después de todo esto querrás darle al play de nuevo. Es inevitable hacer el chiste malo: Novedades Carminha, me encantan vuestras novedades. Nada más que añadir. Me quito el sombrero. Y si tuviera que numerarlo le pondría un 10. Sí, joder. Ahora juzguen ustedes.