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Por Alfonso Alfaro
Ilustración de Blanca Garaluce
Nuestro compañero y habitual crítico de discos Jaime Malvido hace el mismo comentario cada vez que se le habla de la cantautora británica, “PJ siempre está de vuelta”. En parte tiene razón pero porque nunca dejamos de esperar un nuevo álbum. Está de vuelta porque en realidad nunca se fue, simplemente se ha embarcado en una aventura de cinco años en busca de la inspiración necesaria para este The Hope Six Demolition Project.
Este trabajo discográfico tiene la misma finalidad que The Monsanto Years, el último de Neil Young con Promise Of The Real, la protesta y la reivindicación de una idea. En este caso, la injusticia social y la desigualdad en diferentes lugares del mundo como Afganistán, Kosovo y Estados Unidos. El undécimo álbum es diferente al resto, no esperen a una PJ Harvey como en Rid Of Me o Stories From The City, Stories From The Sea, sepan que contiene canciones más íntimas e incluso donde ella no es la protagonista ni vocal ni instrumentalmente.
¿Se puede criticar a una artista por ser demasiado innovadora? Es posible que se eche en falta que la británica sea más constante con su sonido, sin embargo ese pensamiento es erróneo. Está muy bien cambiar, estar abierto a experimentar y salir de tu zona de confort. Ningún disco de Polly Jean es diferente ni deja indiferente.
El disco abre con ‘The Community Of Hope’ en el cual se trata el plan de edificación Hope VI en Washington DC. Es agradable escuchar la aguda voz de Harvey pero no está sola, unos vientos y coros multitudinarios la acompañan. Este tema es un buen ejemplo de lo es este The Hope Six Demolition Project.
Un ritmo fuerte y en cada silencio ahí está ella para llenar el vacío musical. Así es ‘The Ministry Of Defense’. Un estribillo coral mantiene la fuerza de esa melodía que es posible que se haya difuminado poco y lo entendamos como natural. A mitad de canción una voz profunda sale de la nada en forma de narrador casual para dar, si cabe, más seriedad a cuatro minutos y once segundos.
La tercera composición se caracteriza por una percusión animada y en la voz de Polly Jean. ‘A Line In The Sand’ es una oda a su sofisticada y característica capacidad vocal, finalmente resulta un homenaje a su querida abuela imaginando las historias que tenía para contar y que jamás lo hizo.
El tema más lento es ‘River Anacostia’, muy poco instrumentado y centrado en la voz. ‘Near The Memorials To Vietnam And Lincoln’ comienza como una típica canción protesta en la que solamente una guitarra marca el ritmo y más tarde entra una flauta para darle más identidad al tema.
Una de las más sorprendentes es ‘The Orange Monkey’, en ella PJ Harvey demuestra que está más que capacitada para componer la banda sonora del siguiente western de Tarantino. La percusión, la guitarra estilo salvaje oeste y el coro de voces predominan hasta que la voz aguda de la británica se desmarca brillantemente.
En ‘Medicinals’ los vientos se alzan protagonistas por encima del resto de instrumentos además cuentan con segundas voces que entran en el momento adecuado y un corte en el ritmo para terminar adecuadamente sin prisas ni de mala manera.
El homenaje que realiza al blues con el comienzo de ‘The Ministry Of Social Affairs’ se queda corto. A lo largo de la canción mantiene el punteo guitarrero mientras los instrumentos restantes acaban tapando la esencia inicial de la canción. La letra es una crítica a lo único que quieren los gobiernos con sus políticas, “Money, Honey”.
En conjunto, no se da un single potente como buque insignia, lo más parecido es ‘The Wheel’, la penúltima canción. La inglesa relata la desaparición de niños, de un rapto que se cuenta por miles, “I heard it was 28.000”. Desde el principio comienza con un ritmo vertiginoso con palmas y percusiones aunque, de fondo y sin apenas percibirlo, una guitarra puntea sutilmente. Casi minuto y medio de parte instrumental para la entrada de la voz que se mezcla con los coros y también se escucha de forma individual. El corte es el híbrido perfecto entre la PJ Harvey guitarrera con la PJ Harvey más política como este disco representa.
Por último, ‘Dolar, Dolar’ es la típica canción lenta, decadente y la puntilla a un trabajo que se presenta a ser el candidato a álbum del año. PJ Harvey sorprende con un producto diferente, con un trasfondo político que lo puedes amar u odiar. El seguidor constante de la inglesa verá un disco diferente, íntimo y trabajado. El cazahits opinará que es insulso, falto de carácter y sin ningún tema para recordar. Aquí no estamos para rememorar ‘This Is Love’ o ‘Rid Of Me’, sino para reflexionar bajo un escenario musical.
Tras escuchar repetidamente este The Hope Six Demolition Project nace la curiosidad de cómo lo va a defender en directo. La respuesta la encontraremos en el Primavera Sound 2016. PJ Harvey dará que hablar este 2016.