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Por Judith Vives
Voy a ser sincera, no es nada fácil intentar redactar una crítica que haga justicia al que por ahora tiene el bronce a mejor álbum del año por la web Metacritic (si bien cabe decir que, en opiniones de usuario, supera a ambos de sus rivales). Sin embargo, voy a intentar plasmar mi amor por este álbum, por Lorde como artista y por Lorde como mujer en los siguientes párrafos.
Lorde no lo tenía nada fácil, y es que su álbum debut Pure Heroine (el cual lanzó cuando tenía dieciséis años… sí, dieciséis) consiguió el número uno en Itunes de varios países, incluyendo Estados Unidos. ¿Alguien me explica cómo se supera eso? La presión a la hora de iniciar el proceso creativo que desembocará en un nuevo trabajo debe ser insufrible, pero Lorde se encerró a cal y canto y cultivó su nuevo sonido hasta traernos el regalo que es Melodrama.
Nada más empezar el álbum, ‘Green Light’ nos deja algo claro: sí, esta es Lorde, pero su versión mejorada, con el sonido cuidado hasta el punto de no caer en su previo error de optar siempre por la misma fórmula y estilo de producción de sus temas. En Melodrama todo está mucho más medidos para evitar caer en la monotonía que estaba presente en algunas ocasiones durante Pure Heroine.
Si tuviese que elegir mis favoritas del álbum, en primer lugar pediría clemencia, y en segundo, creo que quedaría tal que así: ‘The Louvre’ me parece, apropiadamente dicho, una obra de arte. La letra es nostalgia pura, y no tengo otra manera de describirla que diciendo que podría formar parte de la banda sonora oficial de cualquier película indie que se precie. ‘Liability’ me parece ya no solo una canción preciosa, sino un tema a la par innovador y necesario… Los momentos de oda al autocuidado y a lo importante que es cultivar la relación con nosotros mismos ya que las otras nos pueden fallar no deja de sacarme la lagrimilla:
‘So I guess I’ll go home / Into the arms of the girl that I love / The only love I haven’t screwed up / She’s so hard to please / But she’s a forest fire / I do my best to meet her demands / Play at romance, we slow dance / In the living room, but all that a stranger would see / Is one girl swaying alone / Stroking her cheek’.
Sobran las palabras, de verdad. Necesitamos más música así. Ahora que ya hemos derramado una lágrima colectiva, sigamos con Melodrama. Otra de las joyas del disco es, a mi parecer, ‘Hard Feelings/Loveless’ la cual sirve casi de himno de una generación. La primera parte vuelve a tratar el autocuidado (‘I care for myself the way I used to care about you’) y la segunda parte se pasa a lo irreverente para afirmar que la generación de Lorde (en la que me incluyo) no quiere mantenerse seria mucho tiempo.
Mis críticas son pocas y tienen que ver entre sí. La primera es que, después de tanto espera, Melodrama sabe a poco. Once canciones (doce técnicamente si contamos la diferencia entre ‘Hard Feelings’ y ‘Loveless’ tras cuatro años de proceso creativo no es suficiente, y es que creo que no soy la única al afirmar que queremos ver de qué más es capaz Lorde (¿podéis imaginaros su tercer álbum después de la evolución tan bestial que ha habido desde Pure Heroine a Melodrama?). Mi siguiente crítica es que, a mi parecer, el álbum acaba en una nota un tanto extraña. ‘Perfect Places’ no termina de convencerme como pieza que cierra un, por otra parte, impecable trabajo. Personalmente, me parece la canción menos memorable y creo que habría sido mucho mejor broche final ‘Sober II (Melodrama)’, consiguiendo así un trabajo más bien cerrado.
El nuevo trabajo de Lorde se conforma como, por ahora, mi trabajo favorito de este 2017 así como el de muchos (y eso que lo nuevo de Kendrick Lamar dejó el listón muy alto). Melodrama es la calidad lírica que ya nos impresionó de la joven Lorde en su día pero con un nuevo elemento de madurez de producción y la convicción de que, a estas alturas, arriesgarse va a surtir efecto.