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Por Alfonso Alfaro, Helena Malvido, Llúcia Pla, Quim Coll y Tatiana Moro
Si por algo se ha caracterizado esta decimoséptima edición del Primavera Sound ha sido por esa férrea apuesta por sorprender a niveles estratosféricos. Situándose como un festival que puede permitirse un concierto de calentamiento de Arcade Fire o una actuación de Mogwai tocando en primicia su nuevo álbum demuestra que el evento está en continua reinvención y posicionando al público como el eje sobre lo que todo gira.
El sábado comenzó con unos Agorazein decaídos a los que la falta de miembros del grupo, el horario y el escenario más pequeño del recinto les pesó durante unos minutos. Supieron reponerse y el público con ellos. Sacaron a flote, pese a las circunstancias, un concierto que estuvo a la altura de otras ocasiones.
Mientras un calor sofocante pegaba con fuerza en los escenarios principales, Pond saltaron a escena para promulgar su psicodelia rock. El centro de interés de esta actuación fue la figura de Nicholas Allbrook, líder de la banda y ex miembro de Tame Impala. Los movimientos convulsivos y la forma de tocar del frontman se encuentran en la delgada línea entre el espectáculo y lo histriónico. En cuanto a lo musical, su último trabajo The Weather se adapta perfectamente al directo de los australianos pese a que el single ‘Sweet Me Off My Feet’ fuese la peor ejecutada de todo el repertorio.
La tendencia a programar un artista mítico cada año se resolvió el año pasado con Brian Wilson, y este ha sido el turno de Van Morrison. El norirlandés, ataviado con uno de sus clásicos trajes y rodeado de elementos dorados, comenzó con la canción Too Late. Tras ese momento, el público no paró de bailar cada tema gracias a la gran actuación del solista. Mientras, en el escenario RayBan, la cantautora Angel Olsen ofreció uno de los mejores conciertos del fin de semana. Sus compañeros de banda -todos ataviados con camisa blanca y pantalón vaquero-, acompañaron a la estadounidense en su repaso al disco My Woman. Se mostró espléndida en cada tema, la primera encantada en estar allí era ella y eso se plasmó en su interpretación. ¿Se pudieron echar en falta canción más lentas? Sí, pero ya dijo que no estaba para tocar chill. Angel Olsen arriesgó y ganó.
Los londinenses Metronomy hicieron corto un set que además de divertido se centró en las canciones de su último trabajo, Summer 08. Un cambio radical respecto a su concierto de 2014, el cuarteto hizo gala de un electropop más que bailable.
Pero para Seu Jorge la música es algo que va mucho más allá de un festival. El portugués impregna a cada canción de un sentimiento especial que la hace única. Solamente con una guitarra y una silla emocionó a un público ya de por sí entregado con las composiciones de David Bowie. Durante los primeros compases contó como Wes Anderson le enseñó la música del inglés para que la versionase. La actuación de Seu Jorge es un ejemplo de cómo se puede hacer un gran concierto sin pirotécnias ni pantallas gigantes. La elección alternativa a Seu Jorge era Hamilton Leithauser que, en el escenario Pitchfork, supo captar al público con canciones propias y de I Had A Dream That You Were Mine, el disco que comparte con su amigo de adolescencia Rostam. Una voz rota y guitarra en mano envolvieron de frescura y contundencia la actuación del estadounidense.
Privilegiados por ser el tercero -incluso cuarto- concierto de Arcade Fire para quienes firmamos estas líneas, los canadienses tocaron el sábado como no habíamos dado crédito jamás. Sonaron barrocos y oscuros, tristes y melancólicos, sonaron en ocasiones poderosos e importantes, en definitiva, sonaron como ha de sonar unos cabezas de cartel. La situación política y social que vivimos estos días conducen a Arcade Fire a un maremagnum de mensajes pseudopolíticos camuflados en canciones y acciones. A destacar ese modo tenebroso y deprimente de tocar ‘The Suburbs’ -tema que suele ser alegre y en un tempo vivo- o los visuales en los que aparece Win Butler con un bidón de gasolina rociando una habitación, cierra la puerta, todo prende en fuego y los efectos de humo se hacen con el escenario reduciendo la visión del grupo a cero. Volvieron a tocar ‘Creature Comfort’ como hicieran en el concierto de calentamiento dos días atrás porque el setlist fue casi el mismo salvo por algunas excepciones que, obviamente, alargaron 40 minutos más en el escenario principal por ejemplo interpretar en directo ‘Neon Bible’ después de nueve años. Un auténtico lujo.
Durante el concierto de los canadienses, King Krule actuó para unos pocos que decidieron poner por delante su actuación a la de los cabezas de cartel. Si bien ambas opciones eran acertadas, los que asistieron al concierto del inglés se encontraron con un artista al que se le queda pequeño el escenario. Pero todavía quedaba una actuación en la zona principal, Skepta. El rapero demostró que el rap es igual de importante que otros géneros en el festival. El inglés animó a todos los que se acercaron con canciones de sus cuatro álbumes. Se puede definir en dos palabras: divertido y bailable.
La tercera actuación bajo el hashtag ‘Unexpected’ fue anunciada en redes sociales, pantallas y la App del festival. Todos los soportes con los que contaba la organización hicieron saber que tenían “Something to tell you”. Imposible ser más claros. Al menos esta vez no habría lloros y lamentos por perderse la sorpresa -que más bien quedó desvirtuada-. El espacio a las 3 de la mañana en el escenario RayBan entre Wild Beasts y !!! lo cubrió el trío Haim. ‘Want You Back’, uno de los singles de su próximo trabajo, fue el inicio de un concierto de 40 minutos que incluyó ‘Little of Your Love’, una nueva canción solo presentada en un directo en Estados Unidos. Las hermanas sonaron guitarreras y melódicas, encontrando su fuerte en canciones como ‘The Wire’ o ‘Falling’. Cada una en su rol, agradecieron especialmente estar esa noche allí como sorpresa, Este animó al público a bailar con ellas en lo que fue unos bailoteos entre ella y su hermana pequeña, Alana. El punto y final a tal dulce regalo fue tocar ‘Right Now’, la primera canción de Something To Tell You,que tornaron más percusionada y con garra que en la versión de estudio.
Tras la actuación Haim, el festival se tiñó de un ambiente festivo para celebrar las últimas horas que quedaban. En el escenario adidas Originals, los mejicanos Clubz ofrecieron su repertorio discotequero y como antesala a la actuación de DJ Coco, los impronunciables !!! se encargaron de poner el punto y final con Nic Offer exultante pero con la voz sobre saturada en la mesa de sonido dejando bastante que desear. Aún así, la fiesta no dejó lugar a dudas, alargaron la noche para quienes amanecieron en la playa diciendo adiós al Primavera Sound hasta el año que viene.